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miércoles, 2 de marzo de 2011

Uno de cada dos billetes que circulan es de $ 100

 Es oficial. En el país uno de cada dos billetes que se encuentran en circulación es de $ 100, la máxima denominación posible, según reportó ayer el Banco Central (BCRA) al actualizar las cifras de oferta monetaria.
Son exactamente 1133,1 millones de unidades de color violeta y con la imagen de Julio Argentino Roca, sobre un total de 2266,1 millones de unidades del resto de las denominaciones de distintos tonos y denominación en circulación. Es decir, la mitad.
O un poco más si se considera además que el total general incluye medio millón de unidades de billetes de $ 1 que ya no existen, pero figuran en el cómputo porque se trata de papeles oportunamente emitidos y que, por distintas razones, nunca regresaron al dominio del BCRA, ente encargado cada tanto de retirar de plaza los billetes deteriorados para reemplazarlos por otros nuevos y, en caso de haber caído en desuso, para destruirlos.
El dato no hace más que revelar el creciente desbalance existente en la oferta de billetes, que deriva de la obstinación que muestra el Gobierno por no aceptar la emisión de papeles de mayor denominación para acompañar la mayor demanda derivada del crecimiento, pero, principalmente, las mayores necesidades de gasto que supone convivir desde hace más de cuatro años con una elevada tasa de inflación, sólo para seguir negando esta realidad.

Menos producción

No casualmente, hasta 2005 los billetes de $ 100 apenas representaban poco más de un tercio del total de billetes en circulación (35%) y no dejaron de crecer desde entonces, relegando a otras denominaciones.
Claro que el salto más elevado se produjo en los últimos tres meses, cuando el BCRA debió recurrir a la importación desde Brasil en un intento por paliar la incapacidad productiva de la Casa de Moneda (sólo está en condiciones de imprimir 300 millones de unidades, cuando se necesitarían entre 1000 y 1200 millones de unidades para no repetir los problemas de hace unos meses): en esa desesperación, 7,5 de cada diez billetes nuevos que volcó al mercado fueron de cien pesos.
El resultado fue una regularización temporal en el abastecimiento general de billetes que, como contracara, dejó los crecientes problemas que cualquier ciudadano padece cuando acude a los cajeros automáticos en busca de billetes de menor denominación, inconveniente que crece proporcionalmente a medida que uno se aleja de la Capital Federal.
No hay por qué extrañarse: mientras la disponibilidad de papeles de $ 20 subió apenas 22% desde 2005 hasta la fecha, en igual lapso la de billetes de $ 100 avanzó 309 por ciento.
♦ por Javier Blanco para el diario LA NACION
 

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